Eran tiempos dificiles, si es que alguna vez fueron fáciles. Eran días en los que tenia que labrarme un futuro y con ello evadirme de muchas cosas. Cosas que rondaban mi cabeza una y otra vez.
Todo en mi era extraño, intrigante e inesperado. Lo fácil es hablar de mujeres, las veces que piensas en ellas y todo lo que te hacen. Mujeres como mi madre que se centraban en las cosas sin importancia y en las tonterías que le había dado el puro aburrimiento existencial, mujeres como aquellas que llegaste a tener siempre en cuenta, posicionando alguna como tu chica idónea y finalmente ver como la venda cae de tus ojos y ves a una niña con graves problemas que esta como al principio de vuestra relación pero tú ya no eres así porque tú has cambiado. Y finalmente otras mujeres que expresaban publicamente su admiración hacia ti y con ello yo sentía curiosidad e incluso a veces una atracción, algo más que sexual.
Hablar de lo díficil es hablar de mi persona, he cambiado es algo que suele pasar. Ahora me gusta Joaquin Sabina, un tipo que antes odiaba que no me llenaba pero en el fondo sabia que era bueno. También leo de manera habitual y encima escribo, no hay más que ver esto. Supongo que esta sucesión de cambios se basa en una posible cierta madurez por mi parte aunque no lo creo. Continuaremos en otro momento conmigo estoy algo furtivo.
El resumen a todo lo dicho: El club del desengaño de madrugada esta superpoblado.
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